Castillo Stirling

Quizá más que cualquier otro castillo, Stirling representaba la resistencia militar escocesa contra la agresión inglesa en la Edad Media. Durante la Guerra de la Independencia, fue constantemente atacado, sus edificios destruidos y reconstruidos. En 1296 fue tomado por Eduardo I de Inglaterra. Un año después, Wallace lo recuperó perdiéndolo en 1298.

En 1299 los Escoceses lo tomaron nuevamente hasta 1304, año en que Eduardo I decide situarlo. Por 3 meses, los soldados resistieron todo lo que un guerrero experto puede enfrentar incluyendo las baterías de sitio. Los ingleses controlaron el castillo durante 10 años pero en 1314 fue entregado a los escoceses después de la gran victoria en Bannockburn y posteriormente fue desmantelado.

La estructura que soportó el ataque de las baterías de sitio comenzó como una construcción hecha de madera y tierra encuadrada y ajustada a la roca basáltica a unos 76 metros de altura en Stirling que era la ruta principal hacia las Highlands. Alexander I construyó la capilla y murió allí. David I se hospedó allí en varias ocasiones y su nieto William El León murió en ese lugar en 1214. De la construcción de esa época nada queda, lo que hoy conocemos como el Castillo de Stirling data del siglo XV en adelante.

Stirling se convirtió en una residencia real permanente bajo el reinado de los Stewarts. La gran sala fue diseñada y construida por Robert Cochrane, el favorito de James III (1460-88) y se convirtió en uno de los primeros y más hermosos edificios del Renacimiento que  se haya construido en las Islas Británicas. James IV hizo construir el bloque principal con sus ricos tallados en los ángulos norte y sur, esta obra la continuó su hijo James V.

James, el hijo de Maria, Reina de Escocia fue bautizado en Stirling en 1566 y pocos meses después fue coronado allí como James VI a la edad de 13 meses, momento en que su madre fue forzada a abdicar. La última confrontación militar que sufrió Stirling fue el ataque de Bonnie Prince Charlie en 1745.